La escena se repite casi todos los días y sucede en el momento menos pensado: nuestras prendas favoritas son víctimas de las manchas, un enemigo difícil de combatir en casa.
Sean causadas por comida, licores, productos de belleza, artículos de limpieza o mugre, siempre se debe luchar con los mejores detergentes y toda la paciencia del mundo.
Al enfrentarte a ellas debes segur una regla de oro: actuar lo más rápido que sea posible y si no estás en un lugar que te permita quitarte la prenda de inmediato, acude al agua y al jabón antes de que se seque. A partir de allí todo será más fácil.
Recuperar esa prenda favorita ya no será para ti una misión imposible, pues nos dedicamos a compilar algunos de los mejores tips caseros, con los que lograrás deshacerte de ellas en un dos por tres.
1. Manchas de grasa
Lo primero que debes hacer es espolvorear talco encima de la mancha; acto seguido cúbrela con un trozo de papel higiénico y pasa la plancha por encima a una temperatura baja. El talco absorberá la grasa y adiós a la mancha.
2. Manchas de bolígrafo
La tinta de los bolígrafos es una enemiga de camisas y pantalones, en especial a la altura de los bolsillos, donde muchos suelen guardar las plumas. Quítalas fácilmente empapando un algodón con quitaesmalte de uñas, o fijador para el pelo. Termina frotando la prenda suavemente y enjuagando con agua fría.
3. Manchas amarillas
La leche fría es un remedio eficaz para recuperar el blanco de tus prendas. Cuando aparecen esos desagradables círculos amarillentos en cuellos, puños o bajo los brazos, el remedio está en sumergir la prenda unos 10 minutos en leche fría y luego lavarla como lo haces siempre.
4. Manchas de fruta
Las manchas de fruta son de las más difíciles de eliminar, pero existe un truco muy eficaz. Rocía la mancha con un poco de zumo de limón y aclara con agua caliente. Si aún persiste, mezcla amoniaco con agua oxigenada, ésta en menor proporción, y enjuaga rápidamente con agua tibia.
5. Manchas de sangre
El agua oxigenada es de los mejores quitamanchas de sangre. Un corto remojo en ella y un enjuague vigoroso con agua tibia, garantizan un buen resultado, sobre todo si la mancha no ha secado del todo. Si pasó lo contrario, espolvorea ablandador de carne y ponle agua fría para crear una pasta. Espera 20 minutos y luego frota con una esponja mojada en agua fría.
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